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Personajes Ilustres

Atrás Juan Pérez de Anaya

Juan Pérez de Anaya es sin duda el personaje de mayor impacto religioso, social y económico en Abades y en toda su zona de influencia. Su vida y el legado a su muerte influyeron favorablemente en una sociedad pobre y deprimida, como la que ocupaba Segovia en los siglos XVII y XVIII.

Juan Pérez de Anaya fue el contemporáneo casi exacto de los reinados de Felipe IV y Carlos II. Nació en Abades el 27 de octubre de 1622, era el cuarto hijo del matrimonio formado por Jerónimo Pérez y Ana de Anaya. Los tres hermanos que le precedieron, fallecieron en la infancia, por lo que el creció como el hermano mayor. Tuvo otros seis hermanos mas pequeños, de los que solamente cuatro llegaron a adultos.

Casó a los 22 años, el 24 de octubre de 1642 con María Nieto, también de Abades, pero con origen familiar en Valverde del Majano. El matrimonio superó los cincuenta años, muy poco habitual en una época que no se caracterizaba por la longevidad de los habitantes. María murió el 11 de marzo de 1697. Doce meses mas tarde, Juan, de 76 años, volvió a casar, con María Pérez Vaquerizo, de 55 años. Juan vivió hasta el 17 de septiembre de 1699 y su segunda esposa solo le sobrevivió cinco meses.

El matrimonio de Juan y María no tuvo descendencia. Sin embargo, existe documentación de un hecho relevante en este aspecto. El sacerdote Juan Moreno Condado, que ejerció en Abades entre 1659 y 1668, describe en el Libro de Bautizados, que el 4 de diciembre de 1662, depositaron en la puerta de la casa de Juan Pérez, un niño de unos veinte meses de edad, con una cédula que indicaba, se llamaba Manuel. Este niño fue criado y educado por Juan Pérez, le dio su apellido y con el nombre de Manuel Pérez llegó a ser sacerdote y ejerció como Capellán en Abades desde 1687. Posteriormente fue cura en Madrona, donde está enterrado desde su fallecimiento en 1707. Al menos en el último año de la vida de Juan surgieron desavenencias con el sacerdote , que en fecha siete de mayo de 1699, anuló el nombramiento de Capellanía realizada sobre Manuel "por ser desagradecido y jactarse y me ha de poner pleito sin atender a que le he criado desde la edad de un año y puesto en el estado que está".

Las actividades públicas de Juan Pérez. Puede confirmarse que Juan Pérez fue Regidor en la villa, al menos en el año 1664 y Alcalde, en los años 1689 y 1692. Sin embargo, la actividad con la que consiguió el reconocimiento y la riqueza, fue como precursor de los actuales banqueros.

En el comienzo de la Edad Moderna, aparece y se desarrolla progresivamente una nueva tendencia. Frente al valor económico tradicional que era la tierra, comenzó a consolidarse una nueva economía en torno al dinero. El inmenso caudal que acumuló Juan Pérez a lo largo de su extensa vida, lo obtuvo fundamentalmente de los intereses conseguidos por el préstamo de dinero. El valor oficial estaba legislado por el Rey y en esa época era del cinco por ciento anual. La relación legal entre quien entregaba y recibía los caudales se establecía mediante un contrato, el censo.

Juan Pérez actuaba como censualista, el que presta el dinero solicitado por el censatario o receptor del mismo. Este último se comprometía a pagar anualmente un rédito del 5 % de la cantidad recibida, hasta que redimiese el censo (devolución de lo prestado). Como garantía, el censatario hipotecaba alguno de sus bienes, habitualmente casa, tierras, palomares o viñas. Su actividad económica fue muy activa y no se redujo a la villa de Abades, sino que se extendió por una amplia zona cercana, como lo demuestra la reseña de sesenta censos activos que mantenía en el momento de su muerte y que se extendían en el área entre Otero de Herreros, Zarzuela del Monte, Santovenia y Garcillán. La suma de todos ellos suponía un valor total de 105.000 reales de vellón, cantidad astronómica en la época.

Los documentos que se conservan confirman que era un hombre extremadamente religioso, con contribuciones frecuentes a la Iglesia, bien como donaciones o con fundaciones de Capellanía (entrega de bienes para la celebración periódica de misas por un Capellán), tanto con su nombre, como con el de su mujer o del matrimonio.

El impacto social y económico Si trascendente resultó para Abades la vida de Juan Pérez, no menos repercutió su fallecimiento. La distribución de su fortuna, según el testamento cerrado que otorgó el seis de agosto de 1667 benefició a un elevado número de los habitantes de Abades y localidades vecinas, que se prolongó durante todo el siglo XVIII.

SÍNTESIS DE LAS MANDAS DEL TESTAMENTO DE JUAN PÉREZ

A LA IGLESIA

  • Más de 3.000 misas en pueblos y Conventos de Segovia.
  • Limosnas a Conventos
  • Fundación de Capellanía
  • Dorar el retablo de Abades
  • Un órgano nuevo
  • Bancos para la Iglesia
  • Fundación de cera y aceite para la Iglesia y las ermitas.
  • Tres misales
  • Andas para la Virgen


A FAMILIARES Y AMIGOS

  • Al Escribano y su familia
  • Donaciones en dinero a varios familiares, sobrinos y primos, los hermanos habían fallecido.
  • Sirvientes y criados.
  • Vecinos de Abades y Valverde.
  • Redención de algunos censos.
  • A su hermano, Alonso Pérez, heredero universal y responsable de la distribución de bienes.


PARA OBRAS SOCIALES

  • Reparto de sus vestidos entre los pobres.
  • Limosna a 150 pobres.
  • Fundación de dos camas para el hospital.
  • Fundación de limosna anual a pobres el día de S. Juan
  • Fundación de limosna a pobres el día de su fallecimiento.
  • Fundación de vestidos para 8 pobres.
  • Dotación al Cirujano para atender pobres.
  • Fundación para dotación de la boda de una pariente.
  • Fundación para pago de Maestro y Organista.


Comentar la importancia del impulso económico que supuso para la villa la existencia de Juan Pérez, supera la extensión prevista para esta breve semblanza y deberá ser tratada en un posterior trabajo. Su recuerdo permanece en la localidad donde se conserva en el barrio donde habitó con el nombre de la calle, las eras, la vereda y un escudo que la tradición popular atribuye a Juan Pérez. En el margen del apunte parroquial de la boda de Juan Pérez y María Nieto, el ya citado sacerdote Moreno Condado, quiso dejar constancia del homenaje y recuerdo que la villa de Abades mantenía para su benefactor, con estas frases "Estos fueron los especialíssimos bienhechores de la Iglesia y villa de Abbades" "Retribuere dignare Domine ómnibus nobis bona facientibus vitam aeternam. Amen" (Dígnate Señor conceder la Vida Eterna a todos nuestros benefactores. Así sea).
 

Martín de Frutos Herranz